martes, 21 de abril de 2009

Historia Familiar


Historia familiar

I. Presentación sobre el procedimiento


Familia


El hombre sobrevive en grupos, esto es inherente a la condición humana. La humanidad a través del tiempo; en el pasado, en el presente y mirando al futuro, en ese proceso dinámico ha contado siempre con un grupo; en unos momentos de la historia, éste fue grande y extenso, en otros momentos como el actual en nuestra cultura occidental es pequeño, este grupo es la familia.

La familia siempre ha sufrido cambios paralelos a los cambios de la sociedad, por lo cual es una entidad cambiante y móvil que actualmente tiene dos funciones determinantes[1].

-Una interna, que es la protección Psico-social de sus miembros.

-Otra externa, que es la acomodación a una cultura y la transmisión, de esa cultura.

Primera entrevista con la familia

La primera entrevista en trabajo Social Familiar es una situación única. De ella va a depender en gran medida el éxito o fracaso del tratamiento. Este primer paso de venir la familia a entrevistarse, implica el previo reconocimiento de dificultades o problemas existentes dentro de la familia y cierta capacidad cooperativa reconocida y expresada de esta forma; así como la actitud familiar frente al cambio en este primer contacto será casi enteramente negativa, dado que la sintomatología, la expresión problemática, es el medio por el que se mantiene según la teoría sistemática la homeostasis familiar.

La labor fundamental durante la primera entrevista es formar este sistema terapeutico, en donde la familia se comunica y ensaye nuevas formas de relación que luego debe introducir en su día a día.

Formas de intervención social

Si pensamos que la intervención social, nos lleva actualmente a la modificación y al cambio de aquella problemática demandante, tenemos que comprender que en la práctica existen diferentes tipos de intervenciones que presentan entre sí distintos grados de dificultad, ya que se superponen unas con otras y a su vez se complementan en la acción. Saber aplicar bien estas técnicas de intervención deriva en gran medida en el éxito de la acción en el trabajo con la familia.

Nosotros nos referiremos a la Técnicas de Análisis e Intervención con Familias, llamada historia familiar[2].

Historia familiar

La primera sesión familiar no se puede convertir, como hemos visto, en un asunto administrativo durante el cual se da a conocer una historia. Tampoco el trabajador social va a esta reunión con la familia armado de una extensa historia del caso que le han remitido con anterioridad. En realidad esta primera sesión con las familias para lo que fundamentalmente debe servir, es para sensibilizar al trabajador social, frente a la singularidad del nuevo sistema del que tiene que formar parte[3].

Aunque no sea necesario, antes de comenzar un tratamiento familiar, una historia exhaustiva y completa. Si es muy útil durante esta primera fase del trabajo con la familia, la faceta de sumergirse en el proceso del devenir de esta, lo que al mismo tiempo que nos aclara y facilita datos y puntos significativos para la elaboración de un bueno “proceso” nos va a ayudar a reducir tensiones en las sesiones primeras, en las que los miembros sufren una seria de sentimientos encontrados, ante su encuentro con el trabajador social. Es bastante normal encontrarse que la familia sufre un alto “nivel de angustia”, por lo cual al sumergirnos en el proceso de analizar datos se reduce la atención de la sesión[4].

Buscamos de esta forma, desviar el centro del problema reducir la angustia sin permitir que la familia escape del problema, normalmente se puede encontrar a menudo que un miembro de la familia tiene ciertos sentimientos de empatía hacia la situación emergente[5].

La exploración del material histórico puede apoyar la construcción del sentimiento de identidad de la familia[6].

En el proceso de investigación de la historia tenemos que tener en cuenta, que ésta siempre es para beneficio de la familia, más que para uso del trabajador social y su exploración debe mantener una relación dinámica con las dificultades interacciónales que la familia esta experimentando[7].

Aunque damos mucha importancia en nuestra experiencia a una buena elaboración y a los valores que aporta la historia familiar; el trabajador social debe tener en cuenta que la mejor historia es la familia que tiene ante si, durante todo el proceso, y que las mayores aportaciones y revelaciones se las van a dar continuamente de forma mas significativas todas las interacciones, corrientes verbales o no verbales de los miembros de la familia, que estarán revelando las zonas familiares de debilidad y de fuerza[8].

II. Aplicación del caso

Un ejemplo de la importancia de la historia familiar es la aplicación de ésta a un caso.

Una familia integrada por cinco personas, padre de 54 años, madre de 50, hija mayor de 20 años, hijo medio de 18, hija menor de 10 años, son una familia al parecer unida, o al menos ese tipo de comentarios emerge de ambos padres.

El padre, Ernesto, es ingeniero, bastante racional y más bien frío, aunque muy preocupado por el bienestar emocional y material de sus hijos y de su mujer. Se caracteriza por poseer un carácter autoritario, tiene tendencia a ser sobre-protector, evadir a veces los problemas, y ser muy irritable. Vivió solo un tiempo en su juventud, proveniente de familia de izquierda, sufrió relativamente la represión de la dictadura (por padre y hermanos), fue integrante de la Escuela Militar entre los 14 y 17 años..

La madre, Jacinta, es secretaria, dueña de casa actualmente, sumamente preocupada también por el bienestar de sus hijos y esposo; sobre-protectora, crítica, apasionada y conjuntamente exigente, son elementos que la caracterizan, aunque muy cariñosa y expresiva. De madre también exigente, nutricionista, de familia derechista y conservadora, padre frío, “ella” desarrolla un cuadro de anorexia a los 14 años, llegando a estar internada en el Hospital.

La hija mayor, Claudia, estudiante universitaria, sufre un abuso sexual a los 6 años de edad.

Se caracteriza por ser muy preocupada de su entorno, exigente, ciertamente irritable, autosuficiente y con baja autoestima (aunque no lo noten). A los 19 años sufre bulimia nerviosa y un cuadro depresivo.

El hijo del medio, Roberto, es estudiante secundario, introvertido con sus emociones, inseguro, aunque siempre recurre a ayuda familiar, es dependiente, de personalidad más bien depresiva. A los 15 años desarrolla depresión.

La hija menor, Susana, es la “alegría del hogar”. Estudiante de básica, posee un carácter fuerte, es más bien independiente, aunque no puede quedarse dormida en las noches.

La dinámica familiar, es ciertamente compleja, la sobre-exigencia y sobre-protección de la madre, fueron generando el vínculo dependiente y la inseguridad de Roberto, de tener que cuestionar todo; así como la excesiva autoexigencia en Claudia, que, por diversos problemas, en los cuales incidieron la anorexia de la madre y el abuso sexual, denotaron en una bulimia.

La relación de Jacinta y Claudia es conflictiva, puesto que la madre, critica mucho a su hija por la forma de ser (opuestamente a ella en la forma de pensar).

La relación entre madre e hijo, es cercana y armoniosa.

Un patrón común general de la familia en la resolución de sus problemas internos, es ciertamente a la evasión o al no reconocimiento de sus conflictos, puesto que el ser tan exigentes, sigue un prototipo de “familia ideal”, que muchas veces no los hace reconocer su propia realidad.

Si bien la exigencia, y la preocupación son elementos positivos de la familia, al convertirse en excesivos y en sobreprotección, generan inseguridad y autoexigencia extrema en las personalidades de los hijos.

Este es un ejemplo de cómo influye la experiencia y desarrollo individual de cada integrante de la familia, transformando las dinámicas y relaciones parentales.

III. Análisis

Desde la búsqueda de la historia familiar como rasgos que se intentan reconocer para fundamentar diagnósticos y prontas intervenciones (ejemplo de esto es visualizar la identidad de la familia), podemos captar que la necesidad del trabajador social por obtener la información, la concepción del conflicto frente al caso que está estudiando y otros rasgos de acuerdo a las intenciones de la intervención, son totalmente favorecida al obtener el material histórico que posee la familia del caso. De esta manera es que consideramos que es parte fundamental del proceso que el trabajador social programa para la intervención del caso, el hecho de analizar la historia familiar.

La importancia de la historia familiar, reside sustancialmente en ser un elemento y un instrumento de aporte para el profesional, para así contribuir a cambiar y modificar las lógicas y dinámicas familiares, disfuncionales, o mejor, dicho, de conflicto, para solucionar los problemas de éstas, y contribuir hacia un espacio armónico, solidario, de apoyo mutuo, si la familia así lo quisiera.

La importancia de la historia familiar, recae principalmente en que distintos sucesos individuales de cada integrante mismo, van modificando e incidiendo en dinámicas y relaciones parentales del grupo familiar, obstaculizando o beneficiando los procesos de la familia.

El desarrollo de la infancia de cada integrante, la crisis normativas y no normativas a lo largo de su desarrollo adolescente, la personalidad, el temperamento, la actitud, las motivaciones, el sistema económico, a nivel macro, son todos elementos que va configurando un escenario propicio para generar conflictos y diversas dinámicas al interior del núcleo familiar.

A partir del anterior conocimiento, es importante poder contradecir algún tipo de favorecimiento total y global de la aplicación de este material para la solución de los problemas en el caso. Ejemplo de estas frases es “Mientras investigamos historia, tenemos que tener en cuenta, que ésta es siempre para beneficio de la familia, más que para el uso del Trabajador Social”[9]. Como primera forma podemos distinguir que no es imposible, y menos poco probable, que la historia familiar puede convocar a soluciones, según el trabajador social, que no favorezcan, según las opiniones familiares e individuales, para que el problema se elimine.

De esta forma, es necesario aceptar que la labor del trabajador social esta siempre direccionada por las acciones institucionales u organizacionales a las cual pertenece, y que la labor de intervención frente al caso va a necesitar este tipo de material histórico para actuar de acuerdo a lo que ellos (y quizás también la familia pero no podemos considerar a todas) consideran como solución de la problemática. Por esto es que creemos necesario la contradicción de lo total y lo global que favorece este instrumento, ya que si fuera global este beneficio (incluso más vinculado con la familia) deberíamos pensar en el total apoyo por los individuos y familias involucradas hacia este material que fundamenta las respuestas.

De acuerdo donde el trabajador social actúa y hace participe su labor en las soluciones de problemáticas debe tener en cuenta, como forma de ser quien ayuda desde puntos profesionales, no debe manifestar sus resultados de acuerdo a los intereses institucionales y las perspectivas políticas que se implementan en cierto periodo. Su deber es poder colaborar, simplemente como puntos de vista y de conocimiento, en cuales serán las soluciones teniendo como base del proceso los intereses propios de la familia, donde su historia familiar podrá determinarlas, pero no será instrumento usado individualmente bajo las visiones profesionales.


[1] Pérez de ayal, Elisa: Trabajando con familias : Teoría y práctica Libros Certeza, España 2004

[2] Ibíd.

[3] Ibíd.

[4] Ibíd.

[5] Ibíd.

[6] Ibíd.

[7] Ibíd.

[8] Ibíd.

[9] Pérez de ayal, Elisa: Trabajando con familias : Teoría y práctica Libros Certeza, España 2004

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